En Occidente, es común comer hasta quedar súper lleno. Repetimos la comida una y otra vez porque tiene un sabor delicioso, especialmente en reuniones familiares los domingos o cuando visitamos a la abuela, quien nos sirve una abundancia de platillos deliciosos porque nos ama mucho. Pero ¿es realmente saludable este hábito? ¿Estamos atentando contra nuestra propia salud en nombre del placer gastronómico y la tradición? 🧐
En la isla de Okinawa, Japón, existe un principio ancestral llamado "Hara Hachi Bu" que encapsula mucho más que una simple regla dietética: es un modo de vida que celebra la moderación y la conexión consciente con la comida. Este concepto, arraigado profundamente en la cultura y la filosofía alimentaria japonesa, ha capturado la atención no solo por su relevancia cultural, sino también por sus impactantes beneficios para la salud.
La ciencia respalda la idea de comer conscientemente y en moderación. Cuando comenzamos a comer, nuestro sistema digestivo y nuestros sentidos alertan al cerebro sobre la disponibilidad de alimentos. Este proceso desencadena la liberación de hormonas de saciedad sumamente importantes como la colecistoquinina (CCK), el péptido YY (PYY) y el péptido similar al glucagón (GLP-1), desde el intestino delgado y otras partes del tracto gastrointestinal.
La colecistoquinina (CCK), por ejemplo, se libera en respuesta a la ingestión de grasas y proteínas, retardando el vaciado gástrico y aumentando la sensación de plenitud. El péptido YY (PYY), producido en las células del intestino delgado, ayuda a reducir el apetito y a controlar la ingesta de alimentos. Mientras tanto, el GLP-1 que es una hormona incretina (se produce en el tracto gastrointestinal) se libera en respuesta a la presencia de nutrientes en el intestino, aumentando la producción de insulina y promoviendo la saciedad al actuar sobre receptores específicos en el cerebro. Estas hormonas son fundamentales para regular el apetito y la ingesta de alimentos, así como para mantener niveles saludables de glucosa en sangre. Cuando comemos demasiado rápido interferirimos con este proceso. El vaciamiento gástrico acelerado y la falta de tiempo para detectar adecuadamente los nutrientes reducen la liberación de estas hormonas, lo cual lleva a una ingesta excesiva de calorías y conlleva al desarrollo de enfermedades como la obesidad y la diabetes tipo 2.
Por el contrario, masticar lentamente permite que estas señales de saciedad se desarrollen plenamente.
En Okinawa, donde la longevidad y la salud están entre las más altas del mundo, el enfoque en "Hara Hachi Bu" ha sido clave para mantener estilos de vida activos y saludables hasta edades avanzadas. Esto NO implica privarse de placeres culinarios; al contrario, invita a saborear cada bocado con atención plena y disfrutar de la comida en su plenitud. Esta perspectiva beneficia el cuerpo y la mente fortaleciendo una relación equilibrada con la alimentación y una mayor conciencia sobre cómo nutrimos nuestro ser integral.
Creo honestamente que practicar "Hara Hachi Bu" desde edades tempranas nos ayuda a crear conciencia en nuestra relación con la comida. A menudo, repetimos un plato de comida creyendo que estamos demostrando afecto o respeto, pero ¿cuántas veces durante las comidas nos paramos a escuchar las señales de nuestro cuerpo y reconocer cuándo estamos satisfechos realmente?
"Hara Hachi Bu" no es práctica dietética; es una filosofía de vida que transforma nuestra relación con la comida, es un recordatorio de que la manera en que comemos influye significativamente en nuestra salud y, por ende, en nuestro bienestar general. ¿Y tú? ¿Eres de los que repites una y otra vez? Coméntame aquí ⬇️
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